Habíamos quedado qué Eva y yo nos íbamos a desimportar la moto hasta Uzbekistan. Por el tema ese de la moto perdida de Dani. Pero no llegamos. Nos quedamos a 150 km cuando Dani nos avisa que ya tiene la fucking moto. ¡Y consiguió sacarla en domingo! gracias a la habilidad de la frágil Aynura. Lo de frágil es por aspecto,
pero me cuentan que puso firmes a los militares de la zona franca con su verbo fluido en ruso y su sonrisa encantadora. Sonrisa que por momentos dejaba traslucir el alma del diablo. Algo así como “veras si no le haces caso a la sonrisa que te muestro”. Pudo mas su dulzura de carácter que todos los pecados del mundo. Total, que lo consigue y Dani se dedica, por fin, a montar su moto para salir el lunes a nuestro encuentro, en Almaty.
Y allá que vamos vuelta hacia Almaty ,a deshacer unos 500 km en sentido inverso. Pero es que si Dani ya esta en ruta, las fechas cuadran. Cuadran sí no pasa nada mas, claro.
Y ese “sí” se hace carne.
Ahí estamos, Eva y yo, somnolientos en la moto, a un ritmo endiablado de 110 km hora, bajo una canícula digna de la Sevilla mas estival. Íbamos pensando, que ni tan mal, al fin y al cabo esta ruta inútil nos sirvió para desentumecer músculos y coger ritmo de conducción Kazaja. Los kazajos son conocidos por una complicación visual severa. No ven las motos, así que mejor es que estes atento al retrovisor, pues te pasarán rascando las pegatinas de las maletas. O no te ven, o te ven demasiado, y entonces te pasan arrancando las pegatinas para saludarte efusivamente.
Pues en eso estábamos pensando Eva y yo, cada uno dentro de su casco, buscando con la mirada una gasolinera, que no aparecía. Y de repente, en medio de un bostezo, nos intentó embestir el toro. La primera arrancada, fuerte y sorpresiva, vino de una culeada trasera de la moto, en plena autopista, que puso la rueda trasera a casi 90º de la delantera hacia la izquierda. En cuanto lo noté, negocié la cornada con una verónica bien ejecutada, en su justa medida, que llevó, como se esperaba, al toro a la banda derecha. Esta vez la embestida fue menor. La ejecución de esa verónica, le quitó ímpetu a la res, que enfurecida y frustrada, lanzó su embiste por la derecha con menos energía. Esta vez bastó con un pase de pecho al natural. Muy bien ejecutado, todo hay que decirlo, que rindió al morlaco. Desde ahí, hasta parar la moto en la cuneta, basta con pases menores.
Bajamos. La rueda trasera reventada, y con ella 4 radios de esa misma rueda. La Pamir de hace una año pasa su factura hoy. Una avería irresoluble a 255 km de Almaty.
Por suerte, justo enfrente estaba una pequeña gasinera (de gas, venden gas, que le enchufan a los coches mechero por un pequeño pitorro que llevan en el culo). Y es ahí donde nos cobijamos a gestionar la situación. La atiende un joven anciano, de forma redondeada y achaparrado. No habla ingles, nada de nada. Guan, tu, tri y listo.
Evidentemente una moto cargada como la nuestra te convierte en la cabra de dos cabezas, se acercan curiosos, pero ninguno tiene las mínima intención de ayudarte. A uno de los curiosos, que paró aposta para ver si se hacia una foto, le hice entender si podía llamar a una plataforma grúa para llevar la moto a Almaty.
Ni ganas.
Pero el viejo, atento y espabilado, y que comprende la situación, saca su móvil y por gestos dice que espere. El llama a un gruero, que cuando ve el percal y lo que va a cobrar, acepta llevarnos a nos y a la moto hasta Almaty. Se gana el mes.
A todo esto, la espera dio tiempo a Dani para acercarse a nosotros, con su flamante moto errante.
Pero se avecina una tormenta de esas que prometen agua, rayos y granizo en cantidades industriales. Dani tira para Almaty, escapando de lo que viene, al hotel escogido, yo trinco la moto a la plataforma y nos subimos con el gruero. El espacio es angosto, el tipo fuma, y no para de hacer videoconferencias mientras conduce. ¡Y se desata el Apocalipsis!.
¡Juro por lo más sagrado que nunca antes vi una tormenta tan violenta y tan súbita!. El cielo entero cayo sobre nuestras cabezas. Taranis se desbocó, mostró su poder de una forma que no permitía duda alguna.
Tan violento fué, que el propio gruero se refugió en una gasolinera, de la que no salimos hasta que amainó un poco.
Aprovechamos el tiempo para contactar con un mecánico conseguidor en Almaty, de esos que tienes escondidos en la agenda y que encontraste en alguna web olvidada, o te lo contó alguien, ya no te acuerdas, pero es bueno tener la agenda bien surtida.
Paul regenta un mini taller de motos que fagocita parte de un taller de coches de esos que se dedican a cambiar aceite y poco mas, hurtándole 10 míseros metros cuadrados.
Y ahí, hace magia
Es un mecánico excelente, y conoce a todo el mundo. Le llevamos la rueda y consigue 5 radios de la misma medida en un grupo de endureros, y que cambia al día siguiente. También nos monta un neumático nuevo, el otro esta medio rajado. Eficaz como pocos el Paul
Todo esto nos retrasa la salida otro día mas, nos quedamos sin comodines. ¡Y vive dios que harán falta!.
Para desgracia de la expedición, Paul tendrá que actuar de nuevo.
Esta vez es Dani. Al día siguiente, a las tres de la tarde, a casi 400 km de Almaty, camino de la frontera rusa, la moto china de Dani, se para. Del todo. Por qué sí.
Haciendo de detectives concluimos que el problema es la batería, o no carga, o esta rota. Total, Paul manda a un amigo en una furgalla que recoge a Dani, refugiado debajo de un puente para llevarlo de nuevo al taller de Paul, no llegará hasta la madrugada. Nosotros seguimos, una vez encauzada la situación dejamos a Dani con todos los contactos en su sitio. Gruero y mecánico firmes y a la orden. Hotel en Almaty y cita para el cirujano de motos chinas marcada. Se queda allí con agua suficiente y unos pistachos, y arrancamos. No podemos retrasar de nuevo la salida hacia Rusia.
Ahora estamos en un hotel de carretera, de camioneros, en mitad de ninguna parte, y escribiendo sobre una cama de cemento armado esta entrada.
El plan ahora es llegar mañana a Semey, pasado entrar en Rusia y en tres días más cruzar a Mongolia. Si nos pasa algo más… no sé.
Poner velas a la virgen y rezar por nuestra salvación.
Si Dani consigue resucitar a la china, intentará alcanzarnos en Rusia, o en Mongolia.
Ay! Dios!.
2 Comments
el Pollo Pepe
Maravilloso, como siempre doctor. Vayan con cuidado Eva y Vd. Y de corridas, novilladas o capeas, aléjenseme, que no quiero verlos empitonados.
Il Pietro
Le candele sono impostate (recentemente)